Alguna vez escuché disertar al filósofo argentino, Enrique D. Dussel, y decía que había tres tipos de violencia: la violencia del poderoso que somete, se apropia de lo que no es suyo, viola y mancilla mujeres y no acata ninguna ley o, el mismo las dicta a su antojo y conveniencia. Atenta contra quienes no están de acuerdo con él.
Pero hay una segunda violencia: la del esclavo, el siervo, el conquistado o colonizado, que hastiado de tanta y terrible agresión, responde a su agresor, casi siempre impune y protegido por jueces y demás autoridades y gente de poder.
Entonces, sobreviene la tercera violencia o represión y, esta, suele ser excesiva, virulenta, mortal y despiadada. La represión arrasa, asola, tritura, siembra el pánico y la muerte como única solución.
En este momento leo el periódico que publica en páginas interiores (en la página 22) la siguiente noticia: "La iraní Narges Mohammadi, presa desde 2021, celebró en su celda de Teherán, junto a otras detenidas, el Premio Nobel de la paz 2023. "En enero de este año, la condenaron a 10 años y ocho meses de prisión y a 154 latigazos por delitos contra la Seguridad Nacional. Su delito fue oponerse a la pena de muerte y al uso del velo obligatorio. Ella y muchas mujeres iraníes son denigradas y pisoteadas en sus derechos. Esa es la primera y terrible y ancestral violencia. La segunda "violencia": ella defiende los derechos y la dignidad de las mujeres y para la autoridad de ese país, ella atenta contra la seguridad nacional y debe recibir un escarmiento y entonces, sobreviene la tercera violencia o represión: azotada y sentenciada. Estas violencias están presentes en nuestra realidad...basta que recordemos el 2 de octubre de 1968 ...el país es violentado, los jóvenes, obreros, estudiantes y muchas personas, alzan la voz y la respuesta fueron balas, muerte, desaparecidos y cárcel para hombres y mujeres.
La primera y la tercera violencia son desmedidas, irracionales, intimidantes, brutales y solo la ejercen y ordenan quienes ostentan los poderes económico, político con apoyo de lo ideológico: medios de comunicación, religión y hasta la educación.
Volviendo a Enrique Dussel este nos habla y dice que están presentes tres dominaciones: la política, la pedagógica y la erótica...ustedes podrían añadir otras.
Nos platicó Dussel que sufrió un atentado en su casa y estaban con él su esposa y sus hijos; el más pequeño le dijo, cuando miró que cayó un florero con el estallido: "papá, no hay paz, hasta rompen flores".Premio Nobel... Esta es la realidad que vivimos y a la que no somos ajenos.
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